Los primeros animales transgénicos
fueron producidos hace ya casi 30 años mediante
la microinyección de ADN viral (SV40) en la
cavidad del blastocele de embriones de ratón Jaenish y Mintz, (1974) citados por Felmer (2004). Los próximos intentos
involucraron embriones de ratón infectados con
el retrovirus Moloney de la leucemia murina
(MoMuLV), Jaenish, (1976) citado por Felmer (2004). En donde lo que se buscaba era el reemplazo de genes que no eran importantes para el virus y que permitía evidenciar la capacidad del virus para infectar y la eficiencia de éste.
Por otra parte, las desventajas de este método es que, radica en que la integración del ADN se
produce en diferentes etapas del embrión en desarrollo,
lo que implica que el ADN no se integra
en todas las células somáticas o en la línea
germinal y por lo tanto no hay transmisión del
transgen a la descendencia. Además, los animales
generados por este método tienen a menudo
más de un sitio de integración, lo cual ocurre
cuando más de una célula del embrión es infectada
por el virus Palmiter y Brinster, (1985), citado por Felmer (2004).
Transformación genética mediante microinyección pronuclear
Transformación genética mediante recombinación homóloga en células madre embrionaria (ES cells)
Las células madre embrionarias se obtienen desde el macizo celular interno de blastocistos y se pueden mantener en cultivos sin perder su estado indiferenciado gracias a la presencia en el medio de cultivo de factores inhibitorios de la diferenciación. Estas células pueden ser manipuladas in vitro vía recombinación homóloga, permitiendo así alterar la función de genes endógenos. Las células así modificadas pueden ser entonces reintroducidas en blastocistos receptores contribuyendo eficientemente a la formación de todos los tejidos en un animal quimérico incluyendo la línea germinal. Evans y Kaufman, (1981); Martin, (1981), citados por Felmer (2004).
Transformación genética mediada por semen
En 1989 Lavitrano y col. describieron la producción de ratones transgénicos mediante inseminación artificial, utilizando semen que había sido incubado con ADN exógeno. Aunque atractivo por su simplicidad, este procedimiento ha sido muy cuestionado por su poca reproducibilidad, ya que a pesar de los esfuerzos de los principales laboratorios del mundo estos experimentos no pudieron ser repetidos en el ratón Brinster y col., (1989). citados por Felmer (2004).
Transformación genética mediante transformación de células somáticas y transferencia nuclear (clonación)
En la década de los ochenta se realizaron exitosamente transferencias nucleares en la mayoría de los mamíferos como conejos (Stice y Robl, 1988), cerdos (Prather, y col., 1989), bovinos (Prather y col., 1987) y ovejas (Willadsen, 1986; Smith y Wilmut, 1989). Estos experimentos se realizaron por medio de la disociación de blastómeros embrionarias (células embrionarias no diferenciadas) y su posterior transferencia nuclear. Autores citados por Felmer (2004).
El 27 de febrero de 1997, fecha en que Ian Wilmut y sus colegas del Instituto Roslin, en Edimburgo, Escocia, explicaron en la revista Nature cómo habían creado a la oveja Dolly. Dolly fue el resultado de la fusión de un núcleo procedente de una célula mamaria extraída de una oveja adulta con un óvulo al que previamente se le había extraído el material genético (proceso conocido como enucleación). El equipo escocés demostraba así que las células adultas y especializadas podían ser reprogramadas. La etapa clave de este proceso fue la coordinación del ciclo celular de la célula receptora y el de la célula donante de núcleos que se logró mediante la deprivación de suero de estas últimas (Campbell y col., 1996; Wilmut y col., 1997). citados por Felmer (2004).
Información tomada de: http://mingaonline.uach.cl/pdf/amv/v36n2/art02.pdf
Gordon y colaboradores describieron una técnica
donde el ADN desnudo fue inyectado en el
pronúcleo de un ovocito de ratón recientemente
fertilizado, el que posteriormente se transfirió a
hembras receptoras sincronizadas Gordon y col., (1981) citados por Felmer (2004). En donde este método demostró que era posible usar un plásmido recombinante como vector
para transferir genes foráneos directamente hacia
el embrión. La inyección de embriones al estado de
una célula fue clave para obtener una integración
temprana del transgen, permitiendo al ADN foráneo
contribuir en el genoma de todas las células
somáticas y la línea germinal. En ciertos casos
la integración del transgen también ocurrió
después de la primera división del zigoto. (Felmer, 2004).
Las células madre embrionarias se obtienen desde el macizo celular interno de blastocistos y se pueden mantener en cultivos sin perder su estado indiferenciado gracias a la presencia en el medio de cultivo de factores inhibitorios de la diferenciación. Estas células pueden ser manipuladas in vitro vía recombinación homóloga, permitiendo así alterar la función de genes endógenos. Las células así modificadas pueden ser entonces reintroducidas en blastocistos receptores contribuyendo eficientemente a la formación de todos los tejidos en un animal quimérico incluyendo la línea germinal. Evans y Kaufman, (1981); Martin, (1981), citados por Felmer (2004).
En 1989 Lavitrano y col. describieron la producción de ratones transgénicos mediante inseminación artificial, utilizando semen que había sido incubado con ADN exógeno. Aunque atractivo por su simplicidad, este procedimiento ha sido muy cuestionado por su poca reproducibilidad, ya que a pesar de los esfuerzos de los principales laboratorios del mundo estos experimentos no pudieron ser repetidos en el ratón Brinster y col., (1989). citados por Felmer (2004).
En la década de los ochenta se realizaron exitosamente transferencias nucleares en la mayoría de los mamíferos como conejos (Stice y Robl, 1988), cerdos (Prather, y col., 1989), bovinos (Prather y col., 1987) y ovejas (Willadsen, 1986; Smith y Wilmut, 1989). Estos experimentos se realizaron por medio de la disociación de blastómeros embrionarias (células embrionarias no diferenciadas) y su posterior transferencia nuclear. Autores citados por Felmer (2004).
El 27 de febrero de 1997, fecha en que Ian Wilmut y sus colegas del Instituto Roslin, en Edimburgo, Escocia, explicaron en la revista Nature cómo habían creado a la oveja Dolly. Dolly fue el resultado de la fusión de un núcleo procedente de una célula mamaria extraída de una oveja adulta con un óvulo al que previamente se le había extraído el material genético (proceso conocido como enucleación). El equipo escocés demostraba así que las células adultas y especializadas podían ser reprogramadas. La etapa clave de este proceso fue la coordinación del ciclo celular de la célula receptora y el de la célula donante de núcleos que se logró mediante la deprivación de suero de estas últimas (Campbell y col., 1996; Wilmut y col., 1997). citados por Felmer (2004).
Información tomada de: http://mingaonline.uach.cl/pdf/amv/v36n2/art02.pdf
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